Seguramente la teoría de la reencarnación (como tantas otras propuestas a la separación) solo se ha ideado con la intención de reforzar los egos y al personaje, ya que nos catapulta como individuos separados o meros personajes. "Actores o títeres reactivos" no solo lanzados "hacia el más allá" si no hacia el infinito de la separación con nuestro potencial, que solo puede darse en un "tiempo actualizado", apartándonos de la posibilidad integral como seres unificados y reforzando la creencia de que "no importa cómo esté el mundo o nuestra vida Aquí o Ahora, (salvo por el miedo a generar “mal karma”), porque siempre habrá una “nueva oportunidad".
Da que pensar... Con este recurso implantado las entidades que pudieron manejar los designios de este "plano-escenario de la conciencia" han prosperado con entera facilidad, ya que de esta manera nadie ocupa definitivamente su lugar, que solo es Aquí y Ahora y es, por lo tanto, el "Único Lugar".
La teoría de la reencarnación y la relación de nuestra conciencia con identificadores de vidas de personas o personajes pasados, parece no tener demasiado sentido en un universo donde el tiempo no-existe y todo se manifiesta en un instante atemporal.
Mientras cuando alguien "se muere", (entre comillas porque nada se muere), deja aquí su residuo o carcasa temporal llamado "cuerpo físico" y deja también su impronta emocional al completo: Nada se lleva tampoco de su programación, lastres, residuos, frustraciones o deseos: Todo se queda aquí y ahora, repartida la impronta en cuantos agentes independientes de conciencia (también llamados "hijos o descendientes"), continúan con la saga existencial al infinito.
Si no existe la reencarnación como tal...
¿Que existe realmente?
Lo que no nos contaron fue que esa impronta corresponde a nuestro Ser Real (que no al personaje ilusorio) y esa impronta nunca muere, siempre permanece "viva y coleando"; intacta y eterna, y tampoco nos contaron que se puede reparar, trascender o integrar, (con el debido conocimiento y dedicación), en un no-tiempo que nada tiene que ver con "re-encarnar" por haberse “portado mal”.
Somos Conciencia Unificada y Eterna donde el tiempo no existe, el pasado no-existe, el presente y el futuro no-existen...
Donde todo se manifiesta en patrones de interferencia.
Todo un reto para nuestro cerebro primario o máscara del ego separado, que siempre intenta justificar su limitada percepción desde el personaje, a costa de todo tipo de recursos de "sustentación y supervivencia".
@JoseVaso
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